Vértigo (1958).

Otra de las grandes de Hitchcock que aunque no supuso un éxito en la taquilla de su época, se convirtió con el paso de los años en una de las películas más importantes dentro del género dramático.

Cuando el miedo en las alturas empieza a entorpecer la labor como agente de policía, Jhon Ferguson es expulsado del cuerpo. Poco después, recibirá la llamada de un amigo, que le pide que vigile a su esposa Madeleine, que se comporta de una manera extraña. Después de seguirla y observarla durante unos días, Ferguson se obsesiona con ella y es a partir de ese momento cuando se ve envuelto en una trama de la que ya no podrá salir.

Que Hitchcock quería a Vera Miles para la película no fue nunca ningún secreto, pero al estar esta embarazada y no poder disponer de Grace Kelly (ya se había convertido en princesa), acabó contratando a Kim Novak.

Llena de tensión, suspense, engaño e intriga... un argumento sólido, guión impecable y un James Stewart perfecto, qué más se puede pedir... ¡ahhh! la música, os dejo el tema principal.